jueves, 17 de febrero de 2011

La"manita de puerco" es una culerada (ñerada).

Saber o no saber. Tener conocimiento o ser una completa ignorante. En este caso, eso es lo que diferencia a las colmilludas de las ñoñas.
Hago referencia a las ñoñas porque al parecer son las autoras de la "manita de puerco". Vale la pena aclarar que yo soy sólo la vocera del problema: me lavo las manos, yo qué se de hacer mal mis deberes.
Esta vez, me han otorgado la pluma mis cuates hombres. Me platicaron de las peores "torcidas" que les han regalado. No "torcidas" por ser cachados con las manos en la masa, más bien por ser ahorcados en la masa. No "torcidas" alusivas al zigzagueante caminar del borracho y del junkie. Escribo de las torcidas de carne, pues. Los muchachos han expuesto la teoría a la que dolorosamente han llegado (conocimiento empírico). Dicen mis amigos que algunas ñoñas piensan que solamente los libros se tratan con delicadeza, por tanto, con ellos han sacado notas reprobatorias por trabajos tan bruscos --ellos dicen "culeradas"-- como la "manita de puerco". Yo bautizaría a ese movimiento, más bien, como la "puercada de mano".
También me han contado que las ñoñas más temibles no son las aficionadas a torcer pescuezos sino a soplar nucas. El problema no es su afición, sino que escogen los lugares menos propicios para eliminar su habitual falta de colmillo y de pronto se vuelven vampiresas. Ñoñas: habrá que poner especial atención en limarse el diente, de menos, esconderlo un poco. Las verdaderas colmilludas saben que las lesiones de guerra son en detrimento de su propia diversión.
Otro consejo, ñoñas: tal vez no sepan cómo no incendiar cabezas. Con la seriedad que requiere este asunto, les digo que con ese palo no se intenta hacer fuego, hay que tratarlo con cariño; frotar no es para sacarle chispas. Si quieren ver chispear, háganlo con dulzura.

1 comentario:

  1. bien, bien. La puercada de mano, prima joven de la mordida de lechona.

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